(Foto ©Chico Sánchez-Derechos Reservados) |
Como conoce muy bien el espacio se acercó a mí para darme la bienvenida y después me siguió con total normalidad. Cuando pregunté por su caso fue cuando me di cuenta de que no tenía ojos. Los dos días siguientes cuando pude pasé a saludarlo.
Recibí una gran lección de Huitlacoche y esta es que a él no le importa ser anciano, tampoco le importa ser ciego porque sus dueños le arrancaron los ojos, para él lo importante es vivir a gusto y acompañar a la gente que pasa a visitarlo. Otra lección que aprendí es que a pesar de tanta maldad siempre hay gente buena dispuesta a compartir y ayudar como Paty, la fundadora de Milagros Caninos.
Además de poder adoptar o apadrinar a Huitlacoche puedes ayudar a los demás habitantes de este santuario haciendo una donación. También puedes pasar a visitarlos, siempre se alegran mucho de que lleguen personas con las que poder jugar.
Para más información sobre este santuario entra a www.milagroscaninos.org
Puedes ver un audiovisual sobre este santuario a continuación.